“El QUERER va en un costal aparte”
Por: Alicia Rábago
Este es un tema que creo que todos hemos vivido, el mezclar “quereres” con situaciones de la vida diaria, es algo que siempre hablo mucho con mi familia, por que me parece un tema que cuando uno logra entender es mucho más sencillo de manejar, no digo que sea fácil comprender, pero por lo menos cuando comienzas a entenderlo “viajas más ligero” dirían por ahí.

Todos en la vida necesitamos ser aceptados, queridos y además saber que nos lo demuestran y muchas veces mezclamos desacuerdos, pleitos, discusiones con “ya no te quiero”, o “no me quiere porque me hizo, me dijo…” o “si me quisiera hubiera dicho o hecho tal o cual cosa…” y ahí es donde empieza el problema, eso lo aprendí de una gran amiga en donde nuestras conversaciones llegan a ser tan sinceras y profundas que te hacen aprenden y comprender desde otra perspectiva algo que por alguna razón has perdido de vista; en una de esas conversaciones, no recuerdo exactamente sobre que me dijo está frase (ella tiene fabulosa memoria para las frases) “El que no te quieran como tú quieres que te quieran, no significa que no te quieran con todo el corazón” es una frase de Gabriel García Márquez, no me la dijo palabra a palabra, pero he de confesar que me gusta más la adaptación que ella hizo y que es una de mis frases favoritas.
Ese día y esa frase me cambiaron muchas percepciones de mi vida, ahí “me cayeron muchos veintes”, ME DIERON PAZ, comprendí cuanto afectaban las expectativas que ponemos en otras personas y ponen sobre nosotros, cuantas veces nos esforzamos por hacer lo que la gente espera de nosotros o decir lo que la gente quiere escuchar por que la queremos y comprendí que no funcionaba así…todos SENTIMOS, PENSAMOS Y EXPRESAMOS de manera diferente y no quiere decir que una sea mejor que otra simplemente es la manera que cada uno tiene para expresar lo que siente; evidentemente sabemos que hay señales que te dicen “te quiero” o “no te quiero” pero el tratar de hacerlo como la persona quiere que lo hagas no es un problema que tú debas resolver, tú no le puedes pedir a la gente que use las palabras o realice las acciones que ellos harían para que así ellos puedan sentir que los quieres, tú tienes tu propia manera de expresarlo y si así quisieras que fuera “DILO”, por qué además me quedo clarísimo que cada quien se va a quedar con lo que quiera quedarse por más que tú intentes convencerlo.
Pongo un ejemplo que podría sonar muy crudo pero que he tratado de hablar con mis hijos, dos que son adultos y uno adolescente y que en algún momento trataron de utilizar la frase de “tú no me quieres, no me entiendes o quieres más a mi hermano/a” y tuve que responder, –no es verdad los quiero por igual, pero no puedo convencerte, yo duermo tranquila sabiendo que los quiero por igual, pero si tú no me crees, ya no se convierte en mi problema si no en el tuyo, porque yo lo tengo muy claro, y al que le va hacer daño es a ti–. Siempre les digo, yo puedo regañarlos, no estar de acuerdo con ustedes, podremos discutir por diferentes circunstancias, pero NUNCA involucres dentro de todas esas situaciones el: “si te quiero o no te quiero”, eso no entra en duda, el día que tú mezcles “los quereres”, la cosa cambia y seguramente no nos permitirá arreglar el problema.
Claro que me parece indispensable hacerle saber a la gente que la quieres de alguna u otra manera, siempre será lindo escucharlo y por supuesto sentirlo, pero no toda la gente tiene la misma capacidad para expresarlo, cada quien cuenta con su historia y hay gente que no lo dice pero que día a día con acciones te lo demuestra, si es tú caso intenta de repente escribirlo en una notita, o soltar un abrazo sorpresivo, te sorprenderás lo bien que se siente, no solo el que lo recibe, si no tú que lo das.
A veces estos temas parecen muy obvios, pero no lo son, los principales problemas entre la gente que se quiere son justo esos: falta de comunicación, malos entendidos, palabras no dichas, asumir situaciones que generan rencores que pueden ser solucionados hablando pero que justo eso… hablar y decir lo que se siente cuesta. Hay una frase que dice “La distancia más grande entre dos personas es un Malentendido”
Yo soy la primera en decir que la sangre no te obliga a quererte, querer a alguien implica esforzarse, como lo harías con ese amigo/a al que quieres tanto, pero a veces el dar por hecho nos juega una mala pasada, a veces el dar por sentado que como somos familia “nos queremos” abre brechas que duelen, por ahí decían las abuelitas “la confianza apesta”, son sistemas aprendidos que hay que aprender a cambiar si no te gustan y repetir si te ayudan, lo que si me queda claro es que: Cuando discutas, tengas un desacuerdo con alguien con el que quieres, es trampa mezclar lo que sientes con el problema, no solo pone en desventaja al otro, si no que también te lastima profundamente a ti…
Cada quien se queda con los recuerdos que quiere cargar…
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