Enseñar a nuestros hijos que hay que esforzarse por lo que se quiere, es comunicarles que se requiere trabajar en su disciplina, en la colaboración, en la constancia, la perseverancia, en su control y fortaleza, valores fundamentales en la formación humana.
Sin duda conseguir lo que se busca sin esforzarse e lo más cómodo y fácil pero la vida no es así, la vida requiere de compromiso y entrega y cuando las cosas que tanto deseamos se consiguen la satisfacción que se obtiene es maravillosa.
¿Cómo se puede trabajar el valor del esfuerzo?
-Enséñalo hacerse responsable desde chico, de sus cosas, de sus tareas, encárgales algo de lo que ellos sean los únicos responsables (desde hacer su cama, recoger su habitación, sacar la basura, algo que ellos asuman como su tarea)
-Que conozcan el valor del dinero (explicar cómo se consigue) también hay que hablar de ayudar a otras personas y entender que hay cosas que son necesidades y otras que son gustos, para que tengan una escala de prioridades.
-Actividades que les supongan retos: juegos de mesa donde no siempre ganen, rompecabezas que requieran de su atención, metas a corto, a mediano y a largo plazo.
-El deporte o ejercicio es un buen recurso en donde el trabajo y la disciplina se ve
reflejado.
Enseñar que ser constantes y esforzarse es el camino para conseguir lo que se desea y se debe enseñar desde los primeros meses de vida, ya que los niños aprenden desde muy tempranas edades que pueden valerse por sí mismos en diferentes situaciones y que hay dificultades que se tienen que aprender a
superar, evitar la sobreprotección y trasmitir constancia y disciplina son factores fundamentales para enseñar el valor del esfuerzo, Esforzarse es lo opuesto a resignarse, es aprender a no rendirse al primer tropiezo y es uno de los valores más valiosos que les puedes regalar a tus hijos y después aprender a confiar en lo que enseñaste.
El esfuerzo se puede definir como la voluntad, la fuerza física o las ganas para lograr un fin que se persigue pese a las dificultades que se encuentran en el camino.
¡No te rindas!
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